Entre la crisis energética y el desencanto, Ecuador elige nuevo presidente
América Latina
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Entre la crisis energética y el desencanto, Ecuador elige nuevo presidenteEl 9 de febrero, los ecuatorianos votarán por su próximo presidente. El mandatario Daniel Noboa y la candidata del correísmo, Luisa González, enfrentan una elección cargada de temor y frustración.
Los reportes posicionan a Noboa primero en las elecciones de Ecuador, con una intención de voto del 37%.
27 de febrero de 2025

Alejandro Rodríguez, un economista ecuatoriano de 27 años, jamás se imaginó votar por el correísmo en su país. Su primer voto en 2013 fue para el candidato que se enfrentó al expresidente Rafael Correa. Pero ahora no está seguro, y su duda refleja la incertidumbre de muchos ecuatorianos.

¿La razón? “Es una frustración, son tres años seguidos de gobiernos que no han logrado calar ni mejorar”, explica Rodríguez. “Hemos llegado al punto en que no tenemos energía, algo básico en el país”.

A Rodriguez, quien tiene un canal de YouTube donde habla de geopolítica, le preocupa la acumulación de poder del actual presidente, Daniel Noboa. “En menos de un año ha acumulado mucho más poder que el expresidente Guillermo Lasso durante su mandato”, advierte. Y añade: “Es un escenario político difícil en el que no confiamos ni en una opción ni en la otra”.

Antecedentes de crímenes y ascenso de “outsiders”

En 2023, Ecuador vivió un proceso electoral histórico cuando Lasso, el entonces presidente, decidió disolver la Asamblea Nacional y solicitar la convocatoria de elecciones generales, bajo la figura conocida como “muerte cruzada”, lo que llevó a elecciones anticipadas.

Vanessa Guerrero, analista política, menciona lo atípico de estas elecciones presidenciales, que se dan un año y medio después de esa votación. “Este período estuvo acompañado de graves sucesos, como el asesinato de varias figuras políticas, incluido el candidato presidencial Fernando Villavicencio”, recuerda Guerrero. “Esa crisis fue el escenario perfecto para que un ‘outsider’, como fue el caso de Daniel Noboa, ganara terreno. Sin embargo, esas circunstancias fueron atípicas y extremas”, comenta.

Noboa llegó al poder en un momento en que los ecuatorianos buscaban un cambio. Durante el debate presidencial, se ubicó en el centroderecha del espectro político. Afirmó que apoyaría el referendo para poner fin a la extracción petrolera en el parque nacional Yasuní y habló de cooperación internacional para mitigar la inseguridad causada por el crimen organizado en el país. No obstante, un año y medio después, su política de declarar la guerra al narcotráfico, sumada a la crisis energética que dejó a los ecuatorianos sin electricidad hasta 14 horas al día durante el último trimestre, muestra una postura menos inclinada al diálogo.

Los afroecuatorianos se sienten excluidos de las promesas de campaña

Este escenario trae nuevos desafíos a la mesa, pero los problemas estructurales persisten. Alexandra León, de 31 años, oriunda del Valle Del Chota, un territorio ancestral afroecuatoriano, cuestiona estas elecciones. “En ningún debate presidencial y vicepresidencial veo que se aborden temas de carácter étnico”, lamenta la investigadora social y comunicadora.

Esa exclusión es un ejemplo del racismo estructural y la violencia política que enfrenta la población afrodescendiente, al no ser considerada en políticas públicas. “Como pueblo afroecuatoriano, sobre todo en el litoral pacífico, las poblaciones afrodescendientes viven bajo una maquinaria de guerra que interrumpe la vida cotidiana”, advierte, “pero no existen garantías para la protección de la vida”.

La población afrodescendiente es diversa y cuenta con procesos comunitarios, y miradas políticas distintas. Por esto, resalta León, la intención de voto se convierte en una decisión personal. En este contexto, explica que ella tiene una preferencia clara: “Mi intención de voto está en las izquierdas, porque considero que hay una agenda con la que uno puede conversar más que con una agenda de derecha”, explica. “Sin embargo siempre cuestionando a las izquierdas, porque hay prácticas de populismo y autoritarismo muy cuestionables”, añade.

Los dos favoritos y las minorías

Este 9 de febrero, 16 candidatos se medirán en las elecciones presidenciales. Sin embargo, las dos fuerzas políticas más relevantes se consolidan como los verdaderos contendientes: el actual presidente, Daniel Noboa, y Luisa González, representante del correísmo, un partido con 16 años en la escena nacional, asociado al expresidente Rafael Correa.

Existen sectores de la sociedad, sin embargo, que se sienten mejor representados con uno de los 14 candidatos restantes. Es el caso de Katy Machoa, exdirigente de la Mujer de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE).

“Me considero parte de una posición alineada con la historia del movimiento indígena y Pachakutik, hasta el día de hoy”, relata Machoa. Este movimiento postuló a Leonidas Iza, dirigente indígena y cara de las protestas nacionales de 2019 y 2022 contra las políticas de gobierno de los entonces presidentes Lenín Moreno y Guillermo Lasso.

A sus 41 años, Machoa ha sido testigo y parte de procesos que representan conquistas del movimiento indígena en Ecuador, desde los levantamientos para que sus derechos se tomen en cuenta hasta la llegada y consolidación como movimiento político.

Machoa menciona que el escenario político actual, con los protocolos de seguridad para cada candidato, es algo nuevo y preocupante por los riesgos de seguridad a los que están expuestos, y la disparidad de fondos para sus campañas también. “Nosotros para apoyar al compañero Iza tenemos un modelo de fondos de Minga (concepto de trabajo colectivo), no contamos con grandes actores financiando la campaña”, añade.

Por otro lado, la analista política Vanessa Guerrero observa en este proceso electoral una continuación del status quo. “Lo que resulta llamativo es el respaldo significativo que mantiene Daniel Noboa a pesar de los acontecimientos negativos que marcaron el 2024”, advierte.

“Se esperaría que una crisis eléctrica, de seguridad, los enfrentamientos de poder con su vicepresidenta, la invasión a la embajada de México, y la desaparición forzada y ejecución extrajudicial de cuatro niños en Las Malvinas, hubieran mermado su intención de voto”, sostiene Guerrero.

Más allá de estos acontecimientos, los reportes posicionan a Noboa primero en las elecciones, con una intención de voto del 37%. El final aún sigue abierto.

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